Esperaba pacientemente, sosteniendo en sus manos la carta que certificaba ser uno de los beneficiarios de la maquinaria que la Gobernación y la institucionalidad cafetera entregaba ese viernes. Con una sonrisa, aceptó ser entrevistado, y dejó en sus palabras un testimonio del sentir de los nuevos caficultores; los del relevo generacional que tanto reclama el sector para no desaparecer.

Daniel Ramírez González llegó en representación de su padre, cafetero por más de 40 años en una finca de la vereda Pradera Baja, de Calarcá. “Recibí una máquina despulpadora, porque no tenemos beneficio en el momento, nos toca llevar el café adonde una tía en Quimbaya para poderlo procesar. Queremos complementar este incentivo que estamos recibiendo, con un crédito que tomaremos con el Banco Agrario en la línea que se ofrece de mano de la administración departamental, para montar toda la línea de beneficio. Es de las primeras gestiones en las que una Gobernación se involucra tanto con el tema del mejoramiento de la caficultura y es un piloto muy importante”, precisó.

Viendo el negocio desde su óptica como ingeniero industrial, se enorgullece en explicar el trabajo en microlotes lavados con doble fermentación, en su finca de 8 cuadras en las que un 50% de los árboles se encuentran en producción. La precisión en cada etapa ya arroja resultados: su café hace parte del grupo de 10 lotes de café especial que representará al Quindío en la feria de la Specialty Coffee Asociation – SCA, en Boston. El evento es el más importante del mundo en su categoría y esto podría abrir contactos comerciales importantes en mercados especializados.

“Una parte del negocio se da en la producción y la poscosecha, pero otro es el acercamiento a tostadores o microtostadores, donde necesitamos el apoyo por parte del Comité o la Gobernación para obtener estos enlaces, porque tenemos una inestabilidad y una variabilidad tremenda en la que no sabemos cuál es el futuro que nos espera”, declaró, “fortalecer lazos con un comprador o un exportador que nos pague un diferencial por calidad en físico y en taza”. Sin haberlo calculado y en pocos meses de diferencia, Daniel y su padre han podido cubrir ambas caras de la moneda, mejorando sus condiciones en el beneficio y tocando las puertas de un mercado global.

Voz de Daniel Ramírez, beneficiario de maquinaria en proyecto de regalías